EL OBJETIVO DE ESTA PÁGINA

Recuperar los Sermones de San Bernardo de Claraval para facilitar su conocimiento y divulgación. Acompañar cada sermón con una fotografía, que lo amenice, y un resumen que haga más fácil la lectura. Intentar que, al final de esta aventura intelectual, tengamos un sermón para cada día del año. Un total de 365 sermones. Evidentemente, cualquier comentario será bienvenido y publicado, salvo que su contenido sea ofensivo o esté fuera del tema.

martes, 5 de enero de 2021

LA TRIPLE GRACIA DE DIOS

Te adelantaste a bendecirlo con dulzura. Necesitamos tres clases de bendiciones: la que nos antecede, la que nos ayuda y la que nos da la perfección. La primera es la de la misericordia, la segunda la de la gracia, y la tercera la de la gloria. La misericordia antecede a la conversión, la gracia sostiene esta conversión y la gloria la lleva a su plenitud. Si Dios no nos concediera estas tres bendiciones, nuestra tierra no produciría el fruto de la salvación. Sí, nos es imposible comenzar el bien sin la iniciativa previa de la misericordia, o practicarlo si la gracia no nos ayuda, o llegar a su perfección mientras no estemos inmersos en su gloria. 
 De estas tres bendiciones, la más entrañable para nosotros es la que nos anticipa a nosotros, totalmente vacíos de méritos, e incluso a partir de grandes deméritos. Cuando aún somos hijos de ira y nos entregamos a las obras de la muerte, él concibe para nosotros designios de paz. Y a aquellos que en vez de suplicarle le rechazan, que en vez de invocarle le provocan, y en vez de rogarle le rehúsan,  les concede el espíritu bueno, el espíritu de vida y el espíritu de adopción. 
 ¿Qué puede saber dulce el alma que no saborea semejante misericordia? Con toda razón, pues, es llamada bendición de dulzura la que nos antecede; pues la que nos ayuda es bendición de fortaleza, y la que nos lleva a la perfección es bendición de plenitud.
RESUMEN
De cómo las tres gracias de Dios son la misericordia, la gracia propiamente dicha y en tercer lugar la gloria, pero todo empieza por la misericordia que a todo antecede y, espontáneamente, nos es otorgada.

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